La Ley de la Segunda Oportunidad constituye un magnífico mecanismo para que las personas endeudadas salgan adelante. A través de ella, tanto familias como trabajadores autónomos pueden cancelar sus deudas y, como su propio nombre indica, tener una segunda oportunidad.
¿Qué es la Ley de la Segunda Oportunidad?
Aprobada por el Real Decreto Ley 1/2015, esta norma permite a los ciudadanos solucionar situaciones de endeudamiento excesivo al que no pueden hacer frente. Es decir, facilita a los particulares, autónomos y pequeños empresarios una salida a su mala situación financiera.
Por otra parte, también busca que los acreedores cobren, al menos, parte del dinero que se les adeuda.
Requisito para acogerse a la Ley
Quienes deseen acogerse a esta norma deben cumplir las siguientes condiciones:
- El deudor no puede tener antecedentes penales en los últimos 10 años por delitos económicos contra la Hacienda Pública, la Seguridad Social o el patrimonio. Tampoco puede haber sido condenado por falsedad documental o por vulnerar derechos de los trabajadores.
- La deuda no puede superar los cinco millones de euros. Si el solicitante es profesional o autónomo, debe justificar esta circunstancia con un balance de su negocio.
- El deudor no puede haber obtenido una ventaja similar en los anteriores cinco años al de la solicitud.
![Ley de la Segunda Oportunidad, requisitos para acogerse. 1 Ley de La segunda Oportunidad](https://enrutatudeuda.es/wp-content/uploads/2021/07/0001-3471972274_20210626_162610_0000.png)
¿Cómo funciona la Ley de Segunda Oportunidad?
El funcionamiento de la norma es muy sencillo. De hecho, se trata de un mero procedimiento administrativo. Los particulares deben solicitar acogerse a ella ante notario, mientras que los autónomos pueden hacerlo en el Registro Mercantil. De ahí pasa a un juez.
Una vez aceptada la solicitud, un mediador nombrado por las autoridades presentará a los acreedores un acuerdo de pagos. Este habrá sido adaptado a las posibilidades del deudor. Es decir, a sus ingresos y a las cantidades que puede ir pagando. Así, se demuestra que tiene buena fe.
Si los acreedores están de acuerdo, comienzan a recibir sus pagos. Pero, en caso de no estarlo, el juez podría liberar al deudor.
En conclusión, la Ley de Segunda Oportunidad ofrece a particulares y autónomos una salida honrosa a la difícil situación financiera que atraviesan.